El principio de subsidiariedad estipula que un asunto debe ser resuelto por la autoridad (social, política o económica) más próxima al objeto del problema.
El principio de subsidiariedad garantiza que el proceso de toma de decisiones no esté desconectada de aquellos que deberán de implementarla. En resumen, es la búsqueda del nivel jerárquico más relevante y eficiente. La subsidiariedad puede ser:
- Descendiente: Delegación o asignación de poderes a un nivel más pequeño, esto se denomina devolución, delegación o descentralización.
- Ascendente: Asignación de poderes a una entidad más grande o a un nivel jerárquico más alto. Hablamos de federación o de supranacionalidad para estados o países.
En la antigüedad, el "subsidio" era un método de organización militar. Pero es Aristóteles quien, en su libro “Las políticas” da a conocer el origen de la noción de subsidiariedad (ascendente) cuando describe una sociedad orgánica. En el libro “La ciudad” se agrupan jerárquicamente grupos (aldeas y familias), los cuales intentan ser autosuficientes.
El principio de subsidiariedad (descendente) está relacionado con la teología de la alianza, cuyos conceptos fundadores tienen su origen en los escritos de los padres de la iglesia. Ha sido tomado por la ley canónica. Se encuentra en el pensamiento de Tomás de Aquino. Fui formulado por primera vez por el Papa León XIII, en la encíclica “Rerum novarum”.
Este principio, también conocido como el "principio de ayuda", establece que es un error permitir que un nivel social demasiado alto, decida lo que puede hacerse en un nivel social más bajo. La razón principal es que se trata justamente de la gente que tiene las habilidades y las aptitudes para hacer que las cosas sucedan.
¿Crees que este es el tipo de « empowerment » que conviene practicar en nuestros negocios y organizaciones?
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